Una granja en cuarentena produce hamburguesas de vacas tratadas con medicación comprada por internet para sanar la encefalopatía espongiforme. La carne se vende en masa a un poblacho de rednecks de fiesta mayor, donde una familia en crisis hace un alto en su camino a ninguna parte.
Los que comen hamburguesas se transforman en zombies.
Las hamburguesas saltan a la cara y a la yugular de los no infectados.
Un acabado Billy Zane y su hija viajarán hasta la granja después que su familia sea asesinada por unos calamitosos muertos vivientes para localizar el foco de la infección y destruirlo (mientras la hija intenta follarse al desquiciado hijo del granjero).
Que Billy Zane estaba acabado ya lo sabíamos desde que se hundió con el puto barco ese de Cameron. Que alguien pusiera dinero para realizar un telefilm tan absolutamente nefasto como este es lo realmente sorprendente. Ni es comedia, ni es terror, ni es nada. Diálogos tan estúpidos como los de The Spirit se suceden en una película que tiene los acabados de un subproducto erótico de madrugada en un canal local, pero sin el aliciente de ver tetas y culos. El director tiene el mismo talento que un jarrón de Ikea, y la historia no es que vaya a ningún lado, es que ya ni viene de niguna parte. A destacar la pelea de Zane y su hija con dos zombies mientras hablan sobre los pendientes de él, o el tono de sudársela todo a todo el mundo en todo momento que desprende este infraproducto.
Claro que, con ese título...
Los que comen hamburguesas se transforman en zombies.
Las hamburguesas saltan a la cara y a la yugular de los no infectados.
Un acabado Billy Zane y su hija viajarán hasta la granja después que su familia sea asesinada por unos calamitosos muertos vivientes para localizar el foco de la infección y destruirlo (mientras la hija intenta follarse al desquiciado hijo del granjero).
Que Billy Zane estaba acabado ya lo sabíamos desde que se hundió con el puto barco ese de Cameron. Que alguien pusiera dinero para realizar un telefilm tan absolutamente nefasto como este es lo realmente sorprendente. Ni es comedia, ni es terror, ni es nada. Diálogos tan estúpidos como los de The Spirit se suceden en una película que tiene los acabados de un subproducto erótico de madrugada en un canal local, pero sin el aliciente de ver tetas y culos. El director tiene el mismo talento que un jarrón de Ikea, y la historia no es que vaya a ningún lado, es que ya ni viene de niguna parte. A destacar la pelea de Zane y su hija con dos zombies mientras hablan sobre los pendientes de él, o el tono de sudársela todo a todo el mundo en todo momento que desprende este infraproducto.
Claro que, con ese título...
5 comentarios:
S'haurà de veure. ;D
Pero las hamburguesas saltarinas, o al menos la primera que salte, tendrán gracia, ¿no? A mí es que ese tipo de cosas, por tontas que sean, ¡me matan!, te lo juro. El otro día vi la de La noche de los judíos vivientes, y creí que me daba algo con la trencita ultraortodoxa correteando por la casa... Creo que es porque esas cosas me recuerdan a El secreto de la pirámide o Estamos muertos o qué...
Feliç any nou!
Gracias por avisar, soy muy joven para sufrir una lobotomías viendo semejante atrocidad...
:D
"Thank you!"
"Yeah ¬¬"
jajajaja
La vi el año pasado y me hizo cierta gracia, aunque bien podría haber pasado por un remake de "Redneck Zombies" de la troma, cambiando el whisky adulterado por hamburguesas.
Saludotes
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