El presidente de Afganistán y el doble demacrado de Al de Matrimonio con hijos son dos doctores que transportan un cargamento peligroso fuera de Estados Unidos en el vuelo Concord 239. Ojo, el avión no es un Concord, sino un mamotreto inmenso que está atravesando por serias turbulencias en su vuelo transatlántico.
Por fortuna, el piloto es un viejales que está a los mandos de su último vuelo, y el copiloto es un tío que solo tiene ojos para las azafatas. Y no es para culparle: estas son una rubia que se ve que morirá pronto, una Courteney Cox* de saldo y una negrita que recuerda a la de Salvados por la campana. Las azafatas (o auxiliares de vuelo, a elegir) se pasean arriba y abajo por esa especie de guardería volante que es el avión, meneando el culo y poniendo nerviosos a los pasajeros.
Y qué pasajeros. Tenemos 40 minutos de presentación de personajes, a cual menos interesante, y que se concentrarían en:
Por fortuna, el piloto es un viejales que está a los mandos de su último vuelo, y el copiloto es un tío que solo tiene ojos para las azafatas. Y no es para culparle: estas son una rubia que se ve que morirá pronto, una Courteney Cox* de saldo y una negrita que recuerda a la de Salvados por la campana. Las azafatas (o auxiliares de vuelo, a elegir) se pasean arriba y abajo por esa especie de guardería volante que es el avión, meneando el culo y poniendo nerviosos a los pasajeros.
Y qué pasajeros. Tenemos 40 minutos de presentación de personajes, a cual menos interesante, y que se concentrarían en:
- El Tiger Woods gordo y simpático con esposa borde, que no acepta su fama. Va todo el rato con un palo de golf en la mano, al que saca lustro, para que sepamos siempre que es golfista. Tiene cara de mártir.
- El Samuel L. Jackson blanco, o sea, Samuel L. Blanco. Sabemos que es él porque es un marshall del aire que se mueve con chulería, viste gorra tipo kangoo, tiene cara de pan de payés y ropa estrechita en cuerpo morcillón. Tiene los ojos demasiado pequeños como para confiar en él.
- El federal que transporta un delincuente a Francia. El agente que viste y peina clasicón, que no podia faltar en esta película, y que tiene pinta de estrella retirada aunque nunca ha sido estrella.
- El prisionero, que es un pavo majete que solo está detenido por estafar a la mafia rusa y estrellar un jet. Ahora ya sabemos quien pilotará cuando todo esté negro.
- Las dos parejas de estudiantes que se meten los cuernos entre ellos, y que sirven como excusa para tener sexo en el baño del avión (¡aunque no se ve nada!¡mojigatos!). Uno de ellos es el actor Bruno Oro, famoso por imitar a la perfección a Ángel Acebes, lo que hace más inquietante el vuelo.
- Un chino con esmóquing que no se mueve de la silla en toda la película.
- Una monja que reza mucho.
La cosa es que el cargamento, vigilado por un hombre dentro de un traje protector contra armas biológicas, se desengancha y cede, se abre y de él aparece una mujer con una migraña enorme. Esta es la esposa de Al de Matrimonio con hijos, que por lo visto fue expuesta a un virus que destruye las células y las resucita. El vigilante no se lo piensa dos veces y la acribilla con su ametralladora, a lo que ella reacciona de muy mala manera transformándose en un ser ávido de carne que chilla y se no se limpia la boca después de comer.
Con los disparos se ha jodido el aparato eléctrico del avión, un cuadro de mandos igualico que el tenía mi abuela en su casa, y los pilotos pierden el contacto con la torre de control y unos cuantos botones luminosos. El copiloto joven, que para eso es el nuevo, tiene que ir a la bodega a comprobar qué ha pasado. Ya están avisados que lo que llevaban en la frigonevera que echaba humo amarillo no era muy bueno, así que va acojonado. Y no es para menos, porque se encuentra a los dos zombies cachondos que le persiguen para comérserlo. Se puede escapar, pero a los muertos vivientes (que mas bien parecen infectados con el virus de 28 semanas después, pero bueno) les ha entrado hambre y aprovechan unas turbulencias del copón para escaparse por el avión.
Y ahí se demuestra que las compañías punteras como el Concord (que no es un Concord) son iguales que las de bajo coste, porque da penita ver lo birrioso que es el trasto por dentro. Los zombies pueden atravesar con sus manos el suelo que separa los asientos de la bodega, para coger a las víctimas, arrastrarlas a las profundidades y zampárselas hasta que se convierten en zombies a su vez. Debe ser que tienen rayos X en los ojos, porque siempre saben cuando alguien está detrás de una puerta, un espejo o una pared para aparecer certeramente y engullirlo.
La parte distraída viene ahora, cuando quien más quien menos es destripado de forma totalmente amateur y cutre, con higadillos muy muy rojos y poco desmembramiento porque no hay presupuesto para cachos de cadáveres. Loz zombies corren, chillan, saltan (en plan Matrix) y tienen los ojos amarillos. Y lo que es peor, se les puede matar de todas formas, no hace falta apuntar a la cabeza. De hecho, con un sopapo via extintor ya es suficiente para noquear alguno. Que luego otros (como el presidente de Afganistán) pierdan las piernas y anden con las manos como si tal cosa es solo un detalle al que no hace falta prestar mucha atención.
Tan descerebrados como los zombies son los supervivientes que van quedando por el camino, y que son el federal, el prisionero, Courteney Cox* y Samuel L. Blanco; porque se dedican a hacer estallar bombas caseras en el interior del avión, a ametrellear zombies desde la cabina o disparar pistolas a mansalva. De hecho, el bueno de Tiger y la zorra de su mujer se cargan unos cuantos zombies cuando, acorralados contra la salida de emergencia, y con una mordedura del quince en las carnes, abren esta y despresurizan la cabina. Los muertos vivientes salen volando literalmente por lo cielos, y el chinarro de esmóquing (en su silla, atrapado) cae sobre un F18 y se zampa al piloto. Ahí es ná.
Y es que el presidente de los USA había ordenado que abatieran el avión porque los doctores eran dos prófugos cabrones que han liado una que era de esperar. Pero al final no disparan al Concord porque a)el presidiario lo pilot y b)el aviador del F18 ha sido devorado por un zombie.
Cuando el presidiario majete y que no era tan malo aterriza el avión que iba hacia París... lo hace en los Monegros. Los pocos supervivientes salen en plan de la que nos hemos salvado, y detrás suyo unos cuantos zombies empiezan su andanza por tierras aragonesas, lo que no presagia nada bueno para la próxima Expo de Zaragoza.
Qué mala es Plane Dead o, como la han rebautizado, Flight of the Living Dead, y casi no tiene ni gracia.
7 comentarios:
Dios, tío, qué buen resumen de la película. ¡Y graciosísimo! JAJAJAJAJA Me parto con lo de Samuel L. Blanco, genial. ¿Y lo de los Monegros? jejejejeje.
¡¡Muy bueno, Doc!!
vale la pena ponerla en el Emule?....
Salu2
Uff, yo la vi por casualidad y la verdad es que para verla en la Tv te puedes llegar a entretener, pero desde luego no pagaré por ir a verla al cine...
¿Me lo parecía a mí o la monja del avión es tan mala que rivaliza con la famosa enfermera de ZOMBIE?
http://www.megavideo.com/?v=9X28ZIZ7
hay se mira toda la pelicula
hay se encuentra todo el resumen:
http://www.megavideo.com/?v=9X28ZIZ7
respito:
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copien y pege y lo ven todo
REPITO:
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