domingo, abril 27, 2008

Teníamos más zombies, pero los veíamos venir

Sabemos que son lentos. Y gruñen. Y se ponen nerviosos cuando encuentran las ventanas tapiadas. Pero aún y así vienen y vienen y no cejan en su empeño por zamparse un cachito de carne fresca.
¿Celos post-mortem?

Ahora hemos descubierto el método para avistarlos de lejos. Unas gotitas de aceite de girasol ucrainés les hará brillar como a Ernesto de Hannover cerca de una fogata.

Más chulo que un ocho, así, bien muertito

No hay comentarios: